lunes, 29 de julio de 2013

Chocolates únicos e inimitables.

Quiero , decir con esto que cada chocolatero le pone lo suyo, lo que tiene que ver con su cabeza y con su alma.
Quiero decir con esto que cada chocolatero pone todo, pone poco, pone lo standar, lo clásico, lo que le ponen otros, lo parecido a lo que le ponen otros, copian:bien o mal, le ponen sabores de su propia infancia, sabores que a su paladar exclusivamente le agrada.
Nuestros chocolates son considerados únicos e inimitables, modestia aparte, pues nuestro interior suma aromas y sabores de infancia, como nuestro bombón de queso y miel por ejemplo.
Nuestros chocolates suman los aromas de las flores de mi pueblo como los azahares, los jazmines y por qué no hasta el aroma de las glicinas...el olor a tierra en nuestros chocolates intensos aderezados con algunas especies o semillas tostadas.
Son inimitables pues cada cual lleva nuestra impronta según el recuerdo que en esos momentos pasó por nuestra cabeza.
Son únicos, porque las intensidades de los chocolates nunca son las que vienen en las etiquetas de las cajas de fábricas...son únicos, por la forma en los tratamos, los perfumamos, con técnicas de escasas costumbres.
Son únicos e inimitables, porque nuestra cabeza y nuestro corazón son únicos e inimitables.
Desde nuestro humilde y pequeño lugar en el mundo "empresarial", hacemos todo lo posible por superarnos, por conocer del tema, saber siempre de qué estamos hablando.
Hay grandes maestros en nuestra carrera y nuestro camino, pero también hay mucho amor a lo hacemos, mucha dedicación y mucho romance entre esta materia prima sagrada y nosotros.
Desde nuestro sencillo espacio, bregamos por hacer que cada día todos puedan y quieran consumir el verdadero chocolate.El que nos recuerda los cumpleaños de niños en nuestros barrios, con el chocolate caliente y las tan apetitosas tortas de chocolate que hacían nuestras madres y abuelas o tías.
Por eso, seguiré insistiendo en que comer un chocolate, no pretendo un buen chocolate, solo con que sea chocolate (cacao+manteca de cacao), nos basta.
No somos maestros, no somos escuela, solo somos taller de chocolates, un taller donde recreamos nuestras fantasías en chocolate, una cocina sencilla que solo trabaja el chocolate,sin lujos, sin tecnología, solo chocolate...el genuino chocolate como lo preparaba mi abuela en aquella cocina de un restaurant tipo francés..