jueves, 21 de noviembre de 2013

Cómo ser un profesional exitoso, afuera los malos hábitos!


Atención: errores que podemos cometer como profesionales es no tener un plan de crecimiento ni metas claras de a dónde queremos llegar.


 Uno de los peores hábitos de nuestra trayectoria profesional es el hecho de no planearla y dejar que fluya sin estrategias claras de crecimiento.
No es sencillo que en tiempos donde prevalece la competitividad en el trabajo, la antigüedad y la experiencia sean los únicos factores en los que confiemos nuestro crecimiento como profesionales. Hoy en día, para crecer debemos plantearnos metas claras y saber a dónde queremos llegar.
Sin embargo, el primer paso para evitar un estancamiento profesional, lo primero que hay que hacer es deshacerse de los malos hábitos que nos impiden avanzar.

1. No tener un plan
Este es el primer error y el más grave. La mayoría de los profesionales no solemos tomarnos un momento para definir metas de nuestra carrera profesional y no sabemos claramente hacia adonde queremos ir.
 Lo importante es definir objetivos a corto y largo plazo y evaluar periódicamente si estamos avanzando en el sentido correcto.
  Establecer metas claras es el comienzo del éxito en nuestra trayectoria.

2. Responsabilizar a tu empresa
Fundamental que entiendas esto: Nadie es responsable de tu crecimiento profesional más que tú. Aprovecha cada una de las herramientas que tu empresa te brinda para desarrollarte y hazte cargo de tu crecimiento. 
Planteate desafíos que te ayuden a superarte y siempre acepta los nuevos retos que se te presenten. Toma en tus manos la responsabilidad de evolucionar y sacar lo mejor de cada puesto  de tarea en el que te encuentres.

3. Instalarse a esperar.
No esperes a que las oportunidades lleguen, ¡andá a buscarlas!.
Toma una actitud proactiva y acercate a quiénes puedas para demostrarles por qué sos el mejor. 
Hacé que tu trabajo se destaque de otros e involucrate en proyectos que tengan beneficio común 
pero jamás tengas una actitud pasiva ni te sientes a esperar a que otros noten tu esfuerzo.

4. No registrar tus logros.
Las oportunidades no avisan, generalmente llegan y debemos estar listos en cualquier momento en que se presenten.
Es necesario conservar un registro de cuánto hemos avanzado y de todo aquello que somos capaces para ser capaces de comunicarlo en el momento preciso. 
Conocernos a nosotros mismos es fundamental para promocionarnos ante otros.

5. No invertir en nuestro crecimiento
Un error gravísimo es no mantenernos actualizados en nuestro sector y dejar que el tiempo fluya sin darle importancia a nuestra formación. Es una tarea constante.
Si queremos avanzar, hay que invertir en capacitarnos permanentemente. 
Además de adquirir el hábito del aprendizaje, estar preparados nos convierte en el blanco perfecto para acceder a mejores opciones de trabajo. Todos quieren admirar a profesionales competitivos con ímpetu de superación y por eso son elegidos.

6. Olvidar el equilibrio personal-laboral
Sacrificar alguno de los dos aspectos significa automáticamente, comprometer al otro.
Si nos dedicamos exclusivamente al trabajo y descuidamos la vida personal, esto hace que se limite nuestra capacidad creativa, por lo tanto afecta nuestro estado de ánimo y agota lentamente nuestro rendimiento.
 No hay mayor motivación para esforzarnos en el trabajo que la de encontrar la armonía entre la vida familiar, los amigos y el tiempo para el descanso y el entretenimiento.
Asi que ¡a estar atentos!. Hasta la próxima.