domingo, 29 de noviembre de 2015

Transitando el 2015.

Este año tan nuevo, tan mágico  que me trajo sorpresas, esperanzas, reposicionamientos, alegrías, nuevos proyectos.
Nunca , nunca, desde que comencé en este tema del chocolate, tuve un año chato y sin sorpresas.
Reconozco que soy una generadora de proyectos, personales y profesionale.Pero en lo profesional, lo que inspira constantemente es el mismo chocolate, tan versátil, tan generoso, y tan bien recibido por todos.
Este año tuvo la particularidad de poder realizar cambios importantes como mi marca, la cual me permite afianzarme en un proyecto mayor, la de querer abrir un nuevo centro de formación integral con ina impronta vanguardista, seguir escribiendo para ese libro que nunca se termina, viajar y dar a conocer técnicas nuevas.Y por sobre todas las cosas, plantarme en la convicción de que el chocolate es mi verdadera pasión que me conecta con un mundo interno muy rico, y un mundo externo sin limitaciones.
Siento que los gobiernos no ayudan, y yo me río para mis adentros y pienso: "Es que los políticos no comen chocolates en sus sesiones de trabajo".
No obstante sigo en un año que me permitió seguir soñando y proyectando.