En cada nueva Pascua vamos subiendo un nuevo peldaño en la empresa del chocolate.
Crecemos en cantidad de producción, crecemos en calidad, con toda nuestra creatividad y como profesionales perfeccionando todas las técnicas.
Es el momento justo para salir al ruedo con lo mejor de nuestro trabajo, para que todos se deleiten y puedan conocer nuestra propuesta.
Es EL MOMENTO apropiado para lucir desplegando todas las propiedades que tiene el chocolate.
Si bien todos los años, volvemos a los clásicos huevos de azúcar, aún así nuestra capacidad creativa pone en marcha todas las novedades: vanguardistas, con nuevos sabores y nuevos efectos visuales.
El packaging que juega un rol importante en esta fecha, hace que " hable" de nuestro chocolate, de lo que guarda en su interior.
Por eso, cuidado con esto, mucho cuidado, debemos pensar mucho sobre lo que queremos vender , que armonice con la calidad y cuidados de nuestra elaboración.
Que el packaging sea un claro y sensato transmisor que acompaña pero que no es el protagonista.
Siempre el papel protagónico es el CHOCOLATE, no nos excedamos en moños y colores chillones que distraigan el mensaje de que lo que porta es un excelente y exquisito producto.
Mucho brillo habla de un producto engañoso, moños exagerados confunden al cliente.
Mucha decoración tapa al producto esencial evitando mostrar algo de su esencia y calidad como ya lo avisamos.
Aquí tenemos un chocolate 80%, intenso como sabroso, una verdadera joya, y como tal un esfumado bronce y sutil cordón dorado para acompañar a este increíble chocolate.
Chocolates matizados, combinados para realzar la pieza, moños simples de tela que hablan de un la buena calidad del chocolate.
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